El diseño prioriza la integración del edificio en la avenida en la que se encuentra, en pleno centro histórico de Sevilla, por lo que la fachada exterior se configura en base a una doble piel que utiliza diferentes tonos (dentro de la gama del verde) seleccionados del propio entorno, y la cubierta inclinada también se ha realizado con tejas planas de color verde. Además, la trama de líneas verticales de la fachada también está pensada para potenciar la mimetización con el entorno, dándole un aspecto de arboleda.