El 28 de septiembre tuvo lugar en Madrid el evento El futuro de la arquitectura residencial, organizado por Grupo Vía. Este encuentro tenía por objetivo analizar las nuevas formas de vivir que impulsan nuevas tendencias residenciales (como es el caso del coliving o el Built to Rent), qué requisitos están primando en el desarrollo de nuevas promociones o cómo se están aplicando las ayudas de los fondos europeos Next Generation en la rehabilitación de edificios. Para ello, desde Grupo Vía han querido invitar a participar a un plantel de expertos, entre los que se encuentra nuestra compañera Jesica Buil.
Jesica realizó una ponencia sobre las nuevas tendencias en arquitectura residencial, en la que, partiendo de una célebre frase de Le Corbusier (la casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de la felicidad), se centró en explicar cómo desde HCP trabajamos para poner en el mercado viviendas que potencien una vida más feliz para sus habitantes, a la par que cumplimos con las necesidades de nuestros clientes.
En ese aspecto, Jesica Buil enfatizó la importancia de tres puntos fundamentales en arquitectura residencial en la actualidad: la integración de la naturaleza en la arquitectura, la amplitud de espacios y la sostenibilidad y eficiencia energética. Para ilustrar estos conceptos, nuestra compañera expuso cómo desde HCP estamos trabajando por llevarlos a la práctica en algunos de nuestros proyectos, como Nereidas (residencial desarrollado para Metrovacesa) o El Higuerón West (Urbania).
El respeto por la naturaleza y la protección del medio ambiente estuvieron presentes a lo largo de toda la presentación, que profundizó en cómo desde nuestro estudio de arquitectura trabajamos la creación de proyectos más naturales que invitan a disfrutar más de las viviendas y los espacios comunes mediante la integración de deportes al aire libre en las urbanizaciones, la reforestación de especies locales o el empleo de materiales de kilómetro cero.
El confinamiento ha cambiado nuestras prioridades en arquitectura residencial
Asimismo, Jesica explicó que tras el confinamiento debido a la pandemia de la Covid-19 se han propiciado ciertos cambios en arquitectura residencial, potenciándose el concepto “open space” para lograr un mayor aprovechamiento de los metros cuadrados al pautar espacios diáfanos, dando a las terrazas un tratamiento prioritario y ampliando la diversidad de servicios para potenciar la generación de “comunidad”. Esto significa no solo concebir como un único espacio la terraza y el salón, sino que las cocinas también se integran y se les da acceso directo al exterior, y se desarrollan distribuciones polivalentes, que permiten añadir metros al salón o al dormitorio principal reduciéndolos de otras estancias de menor uso. Precisamente, las terrazas ganan relevancia, llegando a concebirse el solárium como un jardín en altura y con opcionales “de lujo” cada vez más comunes, como barbacoas y piscinas. Y, además, las piscinas se conciben como el corazón de las urbanizaciones, si bien cada vez es más común incluir servicios adicionales como gimnasio, sauna e incluso sala de restauración o club social.
Por último, cabe señalar que se calcula que el sector de la construcción es responsable del 36% del consumo de energía y del 39% de las emisiones de CO2 en el mundo. Para reducir estas cifras, Jesica explicó que el sector está impulsando medidas de eficiencia energética en los proyectos de arquitectura residencial que, además, suponen grandes beneficios para los propietarios, como la adopción de medidas pasivas en verano (voladizos, pérgolas, fachadas ventiladas, ventilación cruzada,…), la inclusión de áreas verdes y de medidas de consumo energético de bajo impacto (como la aerotermia o los sistemas de ahorro de agua) o la incorporación paulatina de elementos prefabricados de construcción.